Despedíamos el 2016 con 62.179 parados y paradas en nuestra provincia, con un
mercado de trabajo marcado por la temporalidad y la precarización de las condiciones laborales y con doce trabajadores
muertos en accidente laboral. Sin
olvidar, que el 35% de los trabajadores y
trabajadoras cobra por debajo del SMI, que la tasa de temporalidad afecta ya al
27% de los asalariados y que la parcialidad involuntaria asciende hasta el
61,3% según los últimos datos de la EPA.
Además, los contratos temporales cada vez duran menos y se
ha incrementado el porcentaje de asalariados con contratos de muy corta
duración. Por otra parte, el 42% de los desempleados lleva más de dos años en
esta situación, la tasa de cobertura por desempleo sólo llega al 55% de los
desempleados, hay más 1,4 millones de hogares con todos su miembros en paro y
casi 700.000 hogares sin ningún tipo de ingresos. Así, el 28,6% de la población
está en riesgo de pobreza o exclusión social, muchos de ellos trabajadores con
empleo.
Ante esto, es evidente que el
pasado año, al igual que en el resto del territorio español, Almería ha seguido
sufriendo las consecuencias de una nefasta política en materia de empleo que
continua aumentando las desigualdades
económicas y sociales, dando lugar a un descenso de la renta y a un incremento
en los niveles de riesgo de pobreza y exclusión social.
Por eso, en este 2017 es preciso apostar
por factores que hagan que nuestra economía crezca y que genere empleos de
calidad, reduciendo las desigualdades y
la pobreza. Sin olvidar, que se debe garantizar la protección social, reforzar
las prestaciones por desempleo y las políticas activas de empleo.
Y es que a pesar de que las previsiones del Gobierno indiquen que este
año España recuperará los niveles de riqueza previos a la crisis, serán
necesarios cuatro más para recuperar los niveles de empleo en términos
cuantitativos. Si no se da un giro en las políticas laborales aprobadas durante estos años, la calidad del empleo
será peor y mantendremos un mercado de trabajo más precario que hace 9 años.
Para mejorar la calidad del empleo
y luchar con la pobreza laboral es preciso restituir el equilibrio en la
negociación colectiva, y por supuesto, derogar la
reforma laboral de 2010 y 2012, restaurando los derechos de los trabajadores y
trabajadoras. No se puede permitir por más tiempo que las relaciones laborales
estén determinadas por la voluntad del empresario, por lo que es urgente
negociar un modelo de relaciones laborales equilibrado y eficiente que genere
empleo de calidad y con derechos.
Es hora de que el Gobierno
entienda que este país no puede mantener un mercado laboral cuyas señas de
identidad sean la precariedad laboral, la temporalidad abusiva y fraudulenta, el
tiempo parcial involuntario o las horas extras incontroladas.
Para ello, es necesario un aumento
de los salarios de entre el 1,8% y el 3% que favorezca el consumo y la
inversión. Se tiene que poner fin a la política de moderación salarial, compensando
la pérdida de poder adquisitivo que han sufrido los trabajadores y las
trabajadoras. Si la economía está creciendo los salarios también deben crecer.
Por otro lado, se debe recuperar
el contrato de relevo y la jubilación parcial para mayores de 60 años con la
que se fomente la inclusión de los jóvenes en el mercado laboral, posibilitar
la jubilación para los parados mayores de 55 años que están condenados a la
expulsión del mercado laboral y a pensiones mínimas tras haber cotizado a la
Seguridad Social durante toda su vida, acabar con la brecha laboral y salarial
de género y con la figura del trabajador pobre que se está consolidando.
En cuanto a las pensiones
públicas, se deber aplicar una revalorización por encima del 0,25% aprobado por
el Gobierno, no podemos condenar a nuestros pensionistas a perder poder
adquisitivo un año más. Así mismo, hay que fortalecer el Pacto de Toledo para garantizar el aumento su nivel de vida y la viabilidad
presente y futura del sistema público.
Además, es urgente un pacto social por la educación, la derogación de la LOMCE y un 100% de la tasa de reposición en
plantillas como la de sanidad o educación, ya que necesitamos que se consolide
el empleo.
En cuanto a infraestructuras, este pasado año ha quedado en
evidencia que Almería sigue en una situación de abandono total por parte del
Gobierno Central. Por eso, desde UGT
vamos a seguir luchando en la Mesa del Tren por la llegada del AVE, por la
mejora de las infraestructuras en general. Vamos a seguir reclamando que de una
vez por todas que la inversión llegue a nuestra provincia.
En definitiva, este 2017 deber ser
el año de los cambios, el año en el que se hagan políticas por y para las
personas, en el que se consoliden derechos, en el que haya una recuperación
real para las familias. En el que luchar
contra la violencia de género y en pro de la igualdad efectiva entre hombres y
mujeres sea una prioridad. Deber ser el año del fortalecimiento del diálogo
social a todos los niveles para fomentar un modelo de cohesión económica y
social que garantice nuestro Estado de Bienestar.
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