Son tiempos difíciles, en los
que la realidad de los hogares de este país, de nuestra comunidad, de nuestra
provincia amanece cada día con un nuevo soplo de desesperanza, castigadas por
las políticas de este Gobierno, que no hacen más que pisotear una y otra vez
los derechos fundamentales que tanto nos han costado lograr. La educación, la
sanidad, las pensiones y la dependencia, los grandes pilares en los que se basa
nuestro Estado del Bienestar han ido sufriendo unos recortes y ataques que
alcanzan el despropósito.
En educación, nos encontramos en
el inicio de este curso con menos profesores, menos becas, menos recursos, no se garantiza el ejercicio del derecho a la
educación en condiciones igualdad de oportunidades para todos los estudiantes,
independientemente de su contexto socioeconómico, etc. En sanidad, las
cosas no pintan mejor, recortes tanto a los profesionales como a los usuarios: contratos
al 75%, reducciones en la dispensación
ambulatoria de ciertos medicamentos y en el uso de transporte sanitario no
urgente, empeoramiento de la listas de espera, el copago, un exceso de carga de
trabajo, desmotivación…
Y ahora de
nuevo, arremete
contra las pensiones con otra reforma totalmente injusta e innecesaria,
proponiendo la disminución inmediata y continuada de la cuantía de las
pensiones, lo que provocará un deterioro en el nivel de vida de los
pensionistas, y por ende de sus familias, ya que son muchas las que en estos
tiempos de crisis, sobreviven gracias a ellas.
A todo esto, hay que añadir que
caminamos hacia un mercado laboral de supervivencia, muchos empresarios
utilizan la crisis y la reforma laboral impuesta por el Gobierno para rebajar
las condiciones laborales y salariales de los trabajadores. Algunos comportamientos
rayan incluso la rapiña laboral al aprovecharse de la necesidad de encontrar un
trabajo. Y es que, la reforma laboral, impuesta por el Gobierno del PP, abarata
y facilita el despido e impulsa la precariedad y temporalidad de las
condiciones laborales.
Como decía al principio, son
tiempos difíciles para todos y todas, y a la vista de las cifras en Almería,
con una destrucción de empleo que no da tregua, siendo ya más de 82.000
desempleados y desempleadas y con una tasa de paro del 35,74%, la cosa no tiene
pinta de mejorar.
Está claro, que las erróneas y
contraproducentes políticas llevadas a cabo por el Gobierno, ignorando las
propuestas de los Agentes Sociales, nos llevan a un precipicio, a un pozo sin
fondo del que sólo saldremos reforzando las políticas de empleo, con una apuesta por el cambio de modelo
productivo, con el aumento de las inversiones en I+D+i, educación y energía,
además de un marco de relaciones laborales respetuoso de los derechos laborales
y reforzar las bases del Estado de Bienestar. Justo lo contrario a lo que se está
haciendo.
Y
ante esta situación, ¿qué hacer? Es obvio, no hay más salida que recuperar el
diálogo social para impulsar unas políticas sociales que de verdad se ajusten a
las necesidades de nuestra sociedad….Pero
desgraciadamente para el conjunto de la ciudadanía, este Gobierno sigue
empeñado en defender un modelo neoliberal que lejos de protegernos, nos hunde.
Secretario General de UGT Almería
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